LUNA DE OTOÑO


En un poblado de la antigua China, al atardecer, Qiang y Xiuyin, se han desposado. El invierno pasado sus familias así lo concertaron. Aún conservan la máscara de la niñez en sus rostros. Tras honrar a sus antepasados, guiados por el aroma de los olivos fragantes, caminan cogidos de la mano junto al río. Van a contemplar la luna clara de mitad del otoño, la más hermosa del año. Pedirán a los dioses poder regresar el próximo equinoccio con un hijo entre sus brazos.

María José Aguayo

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