RETO LITERATURA CREATIVA. 7 DÍAS 7 RELATOS.

DÍA 2: ADOLFO SE HA TOMADO UN A ÑO SABÁTICO.
Se siente elegido, apremiado, impulsado por la fuerza que imprime una potente corriente de odio. Necesita que se fijen en él, ser reconocido, temido. Quiere asegurarse, demostrar in situ, que esas personas, no lo son, que realmente valen menos, que no merecen vivir.
Los detesta sobremanera y quiere dejar constancia personalmente en un documento oráculo escrito al detalle, con minuciosidad enfermiza, por eso necesita tiempo para relatar los hechos argumentando al extremo, concretar las razones, el por qué ha sido llamado a hacerlo.
El lobo taimado con piel de cordero, en su juventud, se toma un año sabático para adentrarse y mezclarse entre ellos sin ser visto. Acudiendo como voluntario solícito, como falso estudioso de sus carencias y necesidades. Fotografía con su Olympus, campamentos gitanos, clubes frecuentados por homosexuales, sinagogas y barrios judíos, casas de salud mental y centros de discapacitados, iglesias de testigos de Jehová. De primera mano, sobre el terreno, irá urdiendo su cruel discurso, exponiendo la necesidad de eliminar tanto lastre, en favor del surgimiento de la supremacía de la pureza que él considera la elegida, la imperante, la única, merecedora de aplastar y eliminar a tan insignificantes clanes, para por fin culminar sus ansías de dominar el mundo.
Sus odiosas costumbres, tonos de piel, sus imperfectas existencias ya han tenido más tiempo del que merecían. Les ha llegado la hora, así lo ha decidido.
Se llama Adolf, se ha tomado un año sabático para maquinar, para establecer las directrices que habrán de ejecutar, según sus mandatos, en el futuro, sus ángeles de la muerte, sus asesinos en serie para que el mundo recuerde quién fue y cómo lo cambió, que hubo un antes y un después de él, político, militar, dictador salvador del mundo.
No se perpetra tan monstruoso Holocausto, tan cruento genocidio sin un calculado y macabro plan, que bien pudo haber sido concebido, en un principio, camuflado bajo la apariencia de un año sabático falsamente recriminado, —qué necesidad tiene de perder el tiempo, de rebajarse a estar entre ellos— durante el que se dedicó a recrear con alevosía, en su retorcida mente, las atrocidades más feroces que la historia recuerda.
Contra toda lógica, hoy, asistimos al espectáculo demencial de como algunos de los masacrados, el pueblo judío, liquida como si no hubieran aprendido, como si no hubieran sufrido, a la población civil palestina, a mujeres y niños. Parece que hay quienes se siguen empeñando en tomarse años sabáticos para diseñar masacres que mantengan sus discursos, sus intereses personales, económicos, políticos, alejados de la conciencia de que el ser humano conforma por así decirlo, un alma única. O nos salvamos todos o el globo se pinchará, como se le pinchó a Adolfo, como nos mostró Chaplin, en El gran dictador.
María José Aguayo

Fotograma de la película: El gran dictador.

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