HERMANOS
Antes de que los humanos ocupemos la playa, las voraces gaviotas bailan sobre sus arenas, estampando sus tres dedos en la cálida alfombra granulada. Quizás un Cha cha cha, por lo próximo de sus pisadas.
Racheados pasos de hermanos, buhoneros del continente cercano, los borran con sus pesadas cargas a los hombros, durante el fatigado ir y venir de sus pies cansados.
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